¿QUIÉN CONSTRUYE TU DESTINO?

Es increíble, pero, hoy en día, son muy pocas las personas quienes son conscientes de algo tan importante como que uno mismo es el arquitecto de su destino.

Te explico, a todas horas escuchamos a la gente quejarse de que su vida no es lo que ellos quieren porque la culpa la tiene “X”.

Siendo X= sus padres, su jefe, sus profesores, su genética, etc.

No los culpo, todos cuando hemos sido criados apenas hemos tenido algo de responsabilidad, es decir, de pequeños, ya sea, en casa o en el colegio, pero a toda hora, nos decían lo que debíamos y no debíamos hacer, y nos enseñaban lo que estaba bien y lo que estaba mal. No quiero decir que esto esté mal, solo quiero decir que no hemos sido conscientes de ello. Y cuando nos toca tomar el control de nuestra vida nos da miedo, nos asusta.

Una vez hemos cumplido la mayoría de edad deberíamos ser capaces de tomar el mando que controla nuestro destino, pero al no estar acostumbrados a ello no lo hacemos. Una vez terminado los estudios buscamos una pareja con la cual contraemos matrimonio esperando que esa persona cuide de nosotros y buscamos un trabajo donde nos digan lo que tenemos que hacer, es decir, en última instancia, en ambos casos, buscamos que alguien más se ocupe de nosotros.

Tomar la responsabilidad de nuestra vida puede asustar al principio, por la incertidumbre de no saber lo que queremos o hacia dónde vamos. Pero, por otro lado, una vez tomes el control de tu vida te alegrará saber que; si algún día fracasas fue haciendo algo que tú querías, y si triunfas será porque fuiste lo suficientemente valiente como para tomar el control de tu vida y llevarla hacia donde tú querías.

Por eso, con este pequeño post, solo quisiera que tú, amigo lector, seas consiente de que el único que tiene el control de tu vida, eres tú. Tu eres el arquitecto de tu destino, tu eres el único capaz de hacer que tu vida cambie. El 100% de lo que sucede y sucederá en tu vida está bajo tu responsabilidad. A partir de ahora, tienes prohibido culpar a los demás de tu mala suerte, porque ya sabes que el único responsable de lo que te pasa, eres tú.